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De la obesidad como enfermedad al "problema social": ¿hacia un verdadero abordaje socio-cultural?
Decíamos que la definición de la obesidad y el sobrepeso como problema global de salud pública entraña más dificultades de lo que parece. Desde el punto de vista más próximo a las ciencias sociales críticas, las dificultades de definición y delimitación que dichas entidades ofrecen a la biomedicina son signos de que nos encontramos ante una cuestión profundamente relacionada con la extensión de ciertas lógicas sociales, que quedan parcialmente veladas por los discursos hegemónicos y aparentemente neutros sobre la cuestión. Así frente a la construcción médica del fenómeno, que tiende a resaltar su configuración bio-cultural, vehiculada a través de la referencia a procesos evolutivos y modernizadores que se yuxtaponen, y que desembocan mayoritariamente en la búsqueda de salidas individualizadoras como dietas, terapias, cirugías. En nuestro caso parece mucho más interesante resaltar las mediaciones de las tecnologías científico-sociales medicalizado ras y otros sistemas ético-morales en torno al cuerpo, la identidad o la responsabilidad, para así defender la necesidad de optar por la búsqueda de salidas desde lo colectivo, desde un verdadero intento de comprender las complejas raíces socio-culturales del problema.
La obesidad como problema social: ética, tecnologías, políticas
La problematización social en torno a la obesidad y el sobrepeso en los últimos años articula dos dimensiones. La estética, por la valoración social de la delgadez y el culto a cierto tipo idealizado de cuerpos en correspondencia con ideales dimensionados culturalmente, que articulan como si de algo intrínseco se tratara significados asociados a nociones como belleza, vigor, juventud, o salud. En el mismo sentido, una dimensión moral que tiende a contraponer la glotonería o la dejadez con la fuerza de voluntad, el autocontrol, ordenando la voluntad de manejar las ingestas alimenticias y los valores asociados que ahora tiene que ver con la propia idea de uno que transmitimos a los demás. La responsabilización de los adultos sobre su dieta y la de los suyos muestra una vez más cómo una de las tendencias más representativas en las sociedades actuales es, precisamente, la de individualizar los problemas colectivos
Numerosos trabajos centrados en historiar los procesos de medicalización y de emergencia de las técnicas de intervención social (higienizó, promoción de la salud...), nos advierten cómo la salud ha sido un espacio clave de problematización, experimentación y actuación ética y tecnológica sobre la existencia de las personas desde el origen de las sociedades modernas, que entre otras funciones sociales, habría jugado un papel estratégico a la hora de intentar inculcar diversos tipos de hábitos y de formas de regulación de la vida cotidiana, especialmente entre determinados grupos sociales considerados "incultos", "desviados", o "peligrosos". Así hoy día, no resulta complicado encontrar en prensa de diferentes países, noticias que llaman la atención sobre casos en los que las autoridades pertinentes retiran la custodia de menores a sus respectivos padres, debido a lo que se consideran problemas graves de sobrepeso que, según las medidas adoptadas, se estiman fruto de la irresponsabilidad en el cuidado de sus hijos por parte de estos.
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